lunes, 28 de abril de 2014

Te quiero.

Debo confesar  que te quiero
Y que se
Sueltan los elásticos
De mi ropa interior cada
Vez que te veo…

Eres fuego y alma.

Te quiero por las noches
Fumando marihuana
Y te quiero por las mañanas
Comiendo pan con palta.

Te quiero compañero de lucha,
En las calles
Y en la cama.

Te quiero porque
Me haces el amor dulce y suave
A medio día,
Luego en las tardes
Me coges sin piedad.

Te quiero amigo mío,
Pues una puta soy en tus brazos,
Puedo además, ser yo,
Así fría y apasionada,
Dicha y contradicha
Igual que la dicha de tenerte
Y no…

Te quiero porque
Eres mío cuando te tengo
Y eres del viento
Cuando te pierdo
Y cuando te pierdo no disfruto,
Más disfruto cuando te recupero.

Querido amante de cabellos negros,
Gruesos y largos,
Aprieta fuerte mis muslos
Y grítale al cielo que
Amamos vivir en el pecado,
pues así es como te quiero.                                                                                                                                                                                                                                                                                              

lunes, 21 de abril de 2014

Antofagasta; ciudad de mineras, termoeléctricas, pasta base, prostitutas y colombianos.

Entre desierto y camiones se esconde Antofagasta, con borde costero de extremo a extremo y abismante segregación. De fondo suena un bolero peruano, mientras yo pienso lo difícil que es no ser un lugar turístico y ser solo un lugar de extracción y  explotación - cosa más importante que aprendí en este viaje – aquí la destrucción que trajo el “progreso” es irritante, me da desconfianza hasta poner mis pies en la orilla del mar.
Las personas parecen resignadas a no ser más que un cementerio de belleza y paisajes únicos, se conforman con las migajas que dejan las mineras extranjeras que les han robado hasta el alma. El antofagastino cree que el problema llegó con la llegada de inmigrantes colombianos y el colombiano no hace más que intentar sobrevivir, vistiendo de colores y aromas las noches antofagastinas.
Entre cerros desérticos se esconden pueblos olvidados por el mismísimo Satanás, las termoeléctricas que abastecen a las mineras calientan las cosas, la mar padece de bochornos menopáusicos, destruyendo así, la pesca, el ecosistema y los balnearios.

¿Cómo no enamorarse de Antofagasta? Es en lugares así donde reafirmo mi odio y descontento, pues si mis ojos ven violencia, mis palabras serán piedras, ¿se puede no ser resentido viendo tanta tristeza, miseria y hambre? 

martes, 8 de abril de 2014

Matar o morir.

Dentro de un mundo tan caótico, violento, lleno de mentiras, maltrato, injusticia, sexo con amor, sin amor, enfermedades, matemática, física, odio, felicidad, tristeza, abusos, suicidios, homicidios, parricidios, femicidios, alcohol, drogas, clítoris, gritos, arte, anti-arte, estética, anti-estética, razón, sin-razón, animales, animales racionales, animales  racionales-irracionales, muertes, nacimientos… ¿por qué se nos hace tan difícil pensar en el aborto?, ¿será pura hipocresía?

¿Os importa la vida?, ¿os estáis colmados de filantropía?, ¿os queréis gente consiente? Mentira, tras mentira, tras mentira…  ¿cómo he de importaros la vida?, si la vida ya parece muerte y la muerte símbolo de vida. La filantropía ya no es parte de vuestro lenguaje, os aborreces a los otros, respondéis a ellos con xenofobia, homofobia, racismo… os generáis un individualismo asfixiante. ¿Gente consciente? Todo lo que hacemos en nuestro actuar cotidiano va contra de la consciencia, nos quieren brutos, bestias, y no siendo capaces de decidir si traer a alguien a la vida… ¿no creéis que es difícil hacer seres humanos?, pues bien… más rebaño y más rebaño, para eso te quieren preñá. Tú decídete a pensar.