La contingencia habla por sí
sola. Hoy según nuestros “transparentes” y “confiables” medios de comunicación
se propaga el caos y la insurrección como el cáncer sobre nuestro país, y esto
debido a hechos puntuales: “los bombazos”.
Por otra parte, nuestro
“justiciero” poder fáctico denuncia con desdén la poderosa organización
<<no-orgánica>> de inmorales grupos anarquistas, grupos que tiene
como base fundamental introducir el <<terror>> en la ciudadanía con
el único propósito de acabar con nuestro estable modelo económico y el ejemplar
orden social.
Mientras tanto nuestros
novelescos representantes y directores, en nombre de la democracia y el
soberano no pueden esperar más para endurecer las leyes anti-terror, anti-caos,
anti-violencia, anti-carencia, anti-estupefaciencia, anti-anti… en fin,
anti-todos y todas.
Sin embargo, ¿qué hacemos los
mortales mientras tanto? Los mortales estamos en primer lugar asquerosamente
desinformados y esa desinformación se la debemos en primera instancia a la
manipulación de la información “histórica” a la que han concurrido los
distintos medios de comunicación masivos nacionales, sin vergüenza alguna, sin
cordura tal.
Por otro lado, no sabemos a
ciencia cierta si es la ultra-derecha, la ultra-izquierda, la ultra-ultra, la
ultra-mierda, la ultra-insurgencia, la ultra-jurisprudencia, solo sabemos que
primero, mientras se arma este circo patético de “Chile y terrorismo” no cesan
las aprobaciones de leyes “truchas”, no aparece el “alza del combustible”, nos
venden hasta los calzones a los dueños del mundo y finalmente nos meten un
fierro caliente por el recto. En segundo lugar si fue la ultra-izquierda, mal
ojo para poner una bomba, por último una en el congreso.
Ahora, ¿Cuál es la verdad
respecto al terrorismo en Chile? Sin profundizar, ni menos dar alguna cátedra
de nuestra historia, puedo afirmar con seguridad que Chile sí ha tenido
terrorismo, y eso en variopintas oportunidades, sin embargo jamás ha sido la
ultra-izquierda, el único terrorista en nuestro país siempre ha sido y será EL
ESTADO.