lunes, 17 de diciembre de 2018

Epitafio


Emerge en mí la misma melodía
De mareas inquietas y despavoridas
El cuerpo resentido
Y el espíritu mal herido…

Eres hijo de la noche somnolienta
De trasnoches y violencia
Aún te escucho de cerca
Susurrándome expresiones contrapuestas

Te maldigo a ti y a tu mundo
A este amor moribundo
Maldigo cargar con este cadáver
Maldigo cuando la nostalgia invade

Desierta de esperanzas
E impregnada de olores podridos
Te entierro a pulso
Para que te quedes en el olvido

jueves, 18 de octubre de 2018

Algunas notas sobre el amor... (que se vive)

...Es inquietante preguntarse cómo el amor se impone ante todo tipo de condiciones, de lugares, géneros, estructuras, verdades y mentiras. Mi única certeza hoy (y la de siempre) es respecto del amor que siento. Pero, al mismo tiempo, también soy consciente de que las cosas no pueden ser a ultranza, ni si quera la rebeldía del amor puede permitirse actuar a costa de todo...

miércoles, 17 de octubre de 2018

La despedida


La ecuación no ha dado buen resultado
Las líneas del plano yo no se cruzan.
Las aves y los pensamientos
[…Despavoridos…]
A los malos hábitos acusan…

Ha cambiado la situación
Y los personajes han abandonado la escena.
El director dijo: ¡corte!
Ya no hay tiempo para quejas
Vayan y aprendan una moraleja…

La despedida fue necesaria
La despedida fue inminente
La despedida fue como un círculo
La despedida nunca miente
La despedida…



domingo, 21 de enero de 2018

Conversaciones sin sentido.

El otro día salí a beber un clásico borgoña por ahí. Un barucho ubicado en plena Avenida Brasil. 

Como de costumbre, me fui caminando desde la casa al destino. Al verme llegar sudada y acelerada, mi acompañante de juerga me preguntó; -¿por qué caminas tanto?

La pregunta me quedó dando vueltas mientras nos servían el clásico jarro con vino y frutillas, ideal para un verano sin cerveza, y, en eso, me puse a reflexionar en torno a mis inagotables caminatas en solitario… ¿habrá algo detrás de ello?, pensé, en tanto mi interlocutor me miraba curioso, atento…
En ese momento ¡Heureka!, lo descubrí, era mi amor por el trayecto ¿El trayecto?, meditaba, impaciente.  Aparecieron tantas otras preguntas, más profundas, más interpelantes.

¿qué es el trayecto?

Es inevitable que ante esa pregunta no se nos venga a la cabeza lo cotidiano. La vida cotidiana como aquello que le da sentido a nuestros pensamiento, nuestra reflexión.
Aunque la palabra rutina provenga de la palabra ruta, alude a la descripción de la repetición del tiempo, no del espacio (pensé), así mismo, el trayecto es la repetición  rutinaria del espacio en relación a los tiempos y situaciones que ocurren todos los días, dandole, con ello, una imagen concreta a nuestros territorios, nuestras vidas cotidianas, invisibilizadas  por la idea de que lo importante está en las ideas, en los finales y no en el cómo estructuramos nuestros espacios en relación a la distribución del tiempo, es decir, aquello que moldea la arqueología de lo que somos y la proyección de lo que seremos en el porvenir de nuestros trayectos.

Luego de eso, miré a mi acompañante y le respondí; -no sé.