viernes, 4 de julio de 2014

Menstruar




El primer coagulo de sangre es el que me da la paz que pierdo cuando está a horas de liberarse. No podría explicar detalladamente a nivel biológico que sucede con mis hormonas cuando empieza el período de cambio de ciclo, pero resulta muy sabio para una mujer aceptar los procesos biológicos y comprenderlos desde la humanidad y desde los contextos sociales, históricos y económicos en los cuales nos movemos.

La menstruación ha sido símbolo de muchas sacralizaciones y malos entendidos a nivel de géneros y en todos los ámbitos en los cuales se desenvuelve un ser humano, pero, por qué un proceso tan natural, gestor de vida y reproducción humana es aún una especie de tabú.

Desde que somos adolescentes hasta que nos llega la menopausia estamos detestando el castigo mensual que nos tocó por accidente, sin embargo, el problema no está en el proceso que nos acompaña aproximadamente 40 años, el problema está en el mundo en que nos situamos. La “regla” nos permite no tan solo predecir nuestros cambios hormonales, sino que además nos permite adentrarnos a nuestro interior corporal y psíquico, tomando conciencia así de cómo el cuerpo nos habla. La ironía de la que habla Nietzsche sosteniendo lo contrario en relación a esa especie de idolatría a la razón; los sentidos no nos engañan al remitir al cuerpo, los sentidos no engañan nunca. El cuerpo no es un tópico ni un prejuicio. Ese yo más profundo que está en el cuerpo, los procesos en el aparato reproductor, en el útero, en los ovarios, en las trompas de falopio, cada vez que nuestros “calzones” se manchan de sangre coagulada y de un olor estancado. Podría asegurar que si Nietzsche hubiera menstruado, la menstruación sería parte de su concepción filosófica respecto a la corporalidad, ¿cómo no serlo?


 En un mundo poderosamente globalizado y de aceleración predominante, en donde los tiempos humanos dependen de la lógica de mercado, mantener un tiempo distinto, guiado por nuestras entrañas, tiempos que no entienden del “libre comercio”, tener menstruaciones siempre será un problema. Sin embargo, aunque a muchxs les parezca extraño; ¡yo adoro menstruar!