martes, 28 de junio de 2016

Si nuestro Gran Relato 
se ha convertido 
en un fragmento ensimismado,
prefiero eliminar la transformación 
de mis recuerdos...
Yo quiero quedarme con los encuentros casuales
e hilarlos,
concluir algo propio,
algo mío. 

jueves, 9 de junio de 2016

El intelectualoide.

Como estúpidamente cree que se conoce o co-nace a través de la reflexión ensimismada, puede pasar largas horas mirando información a través de una pantalla. Por lo tanto, no solo es ajeno a la realidad, sino que además la desconoce, en ningún caso -con ciertas excepciones- aprendería de su mundo real o realidad real (como diría Husserl).
Este tipo ajeno, humanoide, con complejos de extraterrestre y semi-dios construye una perfecta, redonda e inamovible realidad a la cual le estructura todos los nobles fundamentos que le sea posible imaginar o que su pobre imaginación (y digo pobre porque sin la experiencia debe serlo) pueda suministrarle.

Es realmente grosero que personajillos burgueses como Kant (un intelectualoide y cristiano pérfido en último resultado) siga marcando pautas, siga influyendo.  

La guerra es la madre de todas las cosas.

Dice Heráclito: “Todo fluye”.
/Yo/ me aferro a sus ideas.
Me detengo/ luego miro/
/observo/
/degusto/
/huelo/
/toco/
y… pienso:
Todo pasa a cada instante,
Todas las mañanas
Otro día más....
El sol ha cambiado de posición
Y las cosas de color…
Todo se mueve, se muta,
Se transforma /o/ se trastorna/
Nada conoce de quietud,
¡el movimiento es nuestra única condición!
¡El universo en expansión!
La cadena de movimientos
Se enreda, se teje, se relaciona
La acción es su sentido motor
En la acción el contenido
Y en el contenido

Mi reflexión.